miércoles, 18 de mayo de 2011

Nota sobre Articultores-OnceLibre en Tiempo Argentino

Fuente Tiempo Argentino

Sembrar y cosechar en los espacios que deja la ciudad

Una organización independiente estimula y enseña cómo utilizar la tierra para que dé frutas. Aun en lugares inhóspitos y céntricos.
  Las esquinas enfrentadas a la Plaza Once podrían ser objeto de un particular libro de Historia. Allí confluyen tragedias, anécdotas y señas particulares de un barrio que no es barrio. Cada puerta del Once esconde un misterio y la de Pueyrredón 19 no es excepción. Se trata del gigante edificio donde funcionaba el viejo Hotel Marconi, una de las estructuras que regala una cuadra con glorieta, placer de mendigos y vendedores ambulantes. En el tercer piso funciona Articultores, aunque se trata de un detalle. Judith Villamayor recibió a Tiempo Argentino minutos antes de que comience allí un taller de huerta en balcones y se apuró a aclarar que “este proyecto no necesita ningún espacio”. Casualmente, la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas espera que el lugar sea acondicionado para instalar allí su sede definitiva, según les prometieron en un organismo público.
Mientras tanto, un nutrido grupo de artistas tienen allí su atelier y una fuente de inspiración invalorable: la vista panorámica de la Plaza más misteriosa de la ciudad y un concierto diario de bocinazos, sirenas, puteadas y gritos que se evaporan, y al pasar, relojean las cientos de macetas que surgen como perlas entre tanto smog. Enfrente, la otra Perla del Once y el espíritu de Tanguito.
La artista plástica cuenta que son “un equipo de trabajo, nuestros intereses son desarrollar y promover las huertas en espacios urbanos, el uso del software libre y la producción artística en sus infinitas variables. Es muy importante dentro de nuestro programa de acción el desarrollo de talleres abiertos a la comunidad, donde compartimos información y los saberes circulan horizontalmente porque creemos que así se fomentan las relaciones vinculantes entre individuos, porque es una manera de impulsar la solidaridad, porque es un instrumento de cohesión social y recuperación cultural”.
El espacio, llamado Once Libre, también tiene un programa de radio, una revista y una intervención original: el cultivo de guerrilla en los espacios verdes de la Ciudad.
Se trata del ataque con pequeñas bombas de semillas en lugares en desuso como baldíos, canteros o macetones en la búsqueda de “intervenir la ecología, dar alimento e integrar a quienes más lo necesitan”. Una actividad que permite a cualquier persona ser huertero, tenga o no espacio verde.
Articultores cuenta con apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, la Central de Movimientos Populares, el Centro Cultural de España en Buenos Aires, Pro Huerta y Marina, una huertera urbana que con su presencia finaliza la nota para que comience el taller. <
 

Fuente Tiempo Argentino

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